La empleabilidad de nuestros titulados

(Artículo de opinión publicado en Diario de Salamanca el 1/11/2012):   
http://diariodesalamanca.es/2012/11/01/la-empleabilidad-de-nuestros-titulados

Cada día se llenan multitud de horas televisivas y radiofónicas hablando de la dramática crisis económica que nos acecha, se escriben cientos de páginas cada día acerca del problema de España, pero la recuperación pasa, inevitablemente, por potenciar al emprendedor, aquellos que de la necesidad hagan virtud, porque de las grandes necesidades sociales y económicas nacen las oportunidades.

Apoyar e incentivar a los que ponen en marcha un negocio con viabilidad no es únicamente cuestión de agilizar procedimientos, eliminar trabas burocráticas, incentivar fiscalmente o arropar institucionalmente, juega un papel fundamental la educación en nuestras universidades, el fomento de la cultura empresarial. Los pequeños proyectos de hoy son las grandes empresas nacionales y multinacionales del mañana. Un país no puede ser sostenible si todos nuestros jóvenes quieren ser funcionarios o trabajar para otros. Hay que crear generadores de empleo.

Pese a la reforma integral que han sufrido nuestros planes de estudio, son pocas las instituciones educativas superiores que se han parado a pensar qué modelo quieren para lograr con éxito la inserción profesional de sus titulados universitarios. Continuamos centrándonos más en la docencia y en el conocimiento, necesario y fundamental, sin lugar a dudas, que en las habilidades y las destrezas que deben alcanzar los estudiantes cuando culminan su titulación.

Todavía es pronto para aventurar cuál será la capacidad de nuestros primeros graduados en el Espacio Europeo de Educación Superior para conseguir un puesto de trabajo, o mejor aún, para crear puestos de trabajo.

Que la inserción laboral es la asignatura pendiente de nuestro sistema universitario es algo que no cabe ni la menor duda. Creamos capital humano con altas cualidades pero no logramos que sea demandado. Posiblemente una de las deficiencias estructurales de España sea esa, la nula conexión entre lo que oferta la universidad y lo que demandan las empresas.

La educación superior tiene que garantizar que una preparación académica establece mejores condiciones para acceder al mercado laboral. Continuamos fomentando aquellas universidades que actúan como fábricas de titulados, pero que no están en disposición de ofertar a sus estudiantes verdaderas ventajas por las cuales invertir en formación superior.

La universidad debe velar porque la formación que se imparte en sus facultades se adecúe a las exigencias de la sociedad actual. Nadie desarrolla una actividad si sabe de antemano que no la va a poder vender en el mercado, no olvidemos que la universidad es el medio, pero no el fin último, ¿por qué entonces continuamos impartiendo una formación que no tiene posibilidades de desarrollo profesional? .

Que la universidad debe potenciar sus lazos con el mundo empresarial, facilitando así la formación práctica, es algo irrefutable. El objetivo principal no es que los estudiantes aprendan conocimientos sino que adquieran destrezas, para luego desarrollarlas en el desempeño de las funciones en las que han sido formados.

Debemos apostar por el autoempleo, ¿por qué seguimos empeñados en no educar en la cultura del empleo por cuenta propia? Cambiemos nuestra mentalidad, modifiquemos nuestra visión del empleo mediante la educación en nuestra aulas, el futuro de este país pasa irremediablemente por aprender a ser soñadores. Tener nuestra propia empresa y crear empleo es también responsabilidad de todos.
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