Entrevista en www.salamancauniversitaria.com

Javier Mérida es desde marzo de este año el presidente del Consejo de Asociaciones. Su mandato, cargado de importantes proyectos, concluye en marzo de 2013


- ¿Qué objetivos se ha marcado para su mandato al frente del Consejo de Asociaciones?

- Tenemos varios y de bastante calado. Por un lado, reformar el reglamento de representación estudiantil, para adaptar los cambios que se han producido en la legislación nacional y para introducir mejoras propias. También queremos regular la Junta de Estudiantes, el organismo que coordina al Consejo de Asociaciones y al de Delegaciones. Asimismo, nos proponemos dar más proyección al Consejo de Asociaciones en el seno de la institución académica.

- ¿Qué cambios quieren introducir en el reglamento de representación estudiantil?

- Principalmente, queremos clarificar las responsabilidades de la gestión y representación estudiantil. Creemos que hay un vacío de información para con los propios estudiantes, con los representados, y queremos que los responsables informen de lo que hacen y, al final de su mandato, que rindan cuentas de lo que han hecho. La reforma queremos llevarla a cabo de la mano del Consejo de Delegaciones.

- En cuanto a esa mayor proyección del Consejo, ¿qué esperan conseguir?

- Creemos que el Consejo, que las asociaciones, son un pilar fundamental en la Universidad y por eso queremos establecer una relación más estrecha con distintas unidades y departamentos de la institución, para estar más presentes en la vida de la institución. Por ejemplo, una primera iniciativa, a partir de noviembre, será poner en marcha con el servicio de Actividades Culturales un concurso para elegir el logo oficial del Consejo, que ahora no tiene. También vamos a trabajar con el CPD para desarrollar la web oficial del Consejo, que sea un punto de referencia e información para todos los estudiantes.

- ¿Y en cuanto a la Junta de Estudiantes?

- Es la entidad que coordina a los dos grandes consejos de representación estudiantil, de la que ahora también soy yo presidente. Desde las asociaciones creemos que hay que potenciarla para que sea el máximo altavoz de los estudiantes en Salamanca. Es algo que estamos trabajando también con el Consejo de Delegaciones.

- ¿Por qué es necesario potenciar esa voz conjunta?

- Salamanca tiene una peculiaridad en la representación estudiantil que no tienen otras universidades, la pluralidad. Es algo positivo, pero también es cierto que hace falta que haya un órgano que ejerza de voz clara de la representación estudiantil de la USAL, especialmente a la hora de poder acceder a puestos de responsabilidad en los diferentes órganos de representación de estudiantes a nivel nacional.


- Una pluralidad que también atañe al Consejo de Asociaciones, que reúne a entidades de diferente y marcado sentir político…

- Todas las asociaciones, desde sus características e individualidad, enriquecen la vida universitaria, cada una con sus actividades y su visión. Pero es innegable que somos más fuertes cuando estamos unidos y, al final, a los estudiantes lo que les interesa es que les defendamos y ayudemos, independientemente de la ideología de cada asociación.

- En todo caso, ¿es difícil presidir un organismo que concentra a entidades tan ideológicamente dispares?

- Sinceramente creía que iba a ser más complicado. Personalmente tengo un carácter de consenso y creo que eso lo hace más fácil. Como ya he dicho, tenemos que olvidarnos de nuestra ideología y atender a los problemas de los estudiantes para que estén lo mejor que puedan dentro de la Universidad.

- En otras ocasiones ha sido complicado ese consenso…

- Ha cambiado bastante la visión respecto a años anteriores. Hemos entendido que es importante remar todos juntos y no poner piedras en el camino. He de reconocer que en todas las propuestas que he realizado como presidente han tenido el apoyo de todas las asociaciones.

- También ha cambiado, para mejor, el papel de la representación estudiantil dentro de la Universidad de Salamanca…

- Dentro de la USAL tenemos una amplia representación, pero a veces nosotros mismos hemos cometido el error de no ocupar todos los puestos que tenemos en los organismos o no utilizarlos adecuadamente, por falta de gente que se comprometa en esta tarea o de representación. Por lo demás, sí es verdad que la representación estudiantil goza de buena salud, que el Rectorado se sienta a hablar con nosotros y tienen en cuenta nuestras opiniones, aunque no siempre tome la decisión que nosotros consideramos más acertada. En todo caso, no podemos olvidar que la autonomía universitaria cada vez está más debilitada y que a veces el propio Rectorado tiene las manos atadas a la hora de tomar decisiones.

- ¿Cómo están viviendo los estudiantes este inicio de curso marcado por los recortes y la subida de tasas?

- Hay mucha preocupación por el aumento de los precios de la matrícula. Nosotros, desde luego, hay decisiones que no podemos apoyar. Porque subir el precio de la primera matrícula penaliza a todos los estudiantes por igual, no al mal estudiante, como se argumenta para defender el aumento de las segundas, terceras, etc. Y tampoco es justo que se aumente el coste de los planes de estudio en extinción, porque los estudiantes comenzaron esas carreras con una previsión de costes y ahora se la cambian de un día para otro.

-Y los ajustes económicos, ¿se están notando?

- En la Universidad de Salamanca no tanto, hay un proyecto económico más aceptable y, por ejemplo, no ha habido que hacer los ajustes o despidos que en otras universidades. Todos los servicios se mantienen y no se están detectando problemas serios por falta de recortes. Podemos decir que todo funciona, de momento, con total normalidad. Lo que sí hay que destacar es que, a petición nuestra en su día, hemos conseguido que este año haya tres plazos para pagar la matrícula en lugar de dos.

- ¿Qué opinión les merece la polémica en torno a las novatadas?

- Desde el Consejo de Asociaciones no respaldamos ningún tipo de acto violento, ni de menosprecio, vejación o insulto. Es por ello que estamos totalmente en contra de actos que, refugiándose en las conocidas novatadas, puedan lesionar gravemente los derechos de los estudiantes. Bajo esa premisa fundamental, básica en cualquier modelo social maduro y responsable, vemos razonable otras actividades lúdicas y de ocio que ayuden a los universitarios a hermanarse y conocerse, fin último de este tipo de fenómeno. El problema es cuando el objetivo de las novatadas se desvirtúa y pierde su sentido. Puede convertirse en un problema, y de hecho lo es en muchos lugares, pero tampoco conviene crear una alarma social. Yo soy más proclive a castigar duramente los excesos y los abusos en este tipo de prácticas, que trasladar las situaciones puntuales a medidas generales, cuestión que puede ser incluso más contraproducente.
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