Una España acorralada

(Artículo de opinión publicado en Diario de Salamanca el 24/01/2013):
http://diariodesalamanca.es/2013/01/24/una-espana-acorralada/

Tenemos una España que agoniza, con graves problemas políticos, económicos, sociales, territoriales… un caldo de cultivo que puede crear importantes consecuencias, estamos respirando posiblemente los peores aires de las últimas décadas.
Nuestra economía no deja de generar parados, ciudadanos que pierden su empleo y con ello sus expectativas de vida, la esperanza y la ilusión de tener los recursos suficientes para poder aspirar a un mínimo bienestar. Muchos jóvenes buscan ya su primera oportunidad fuera de nuestras fronteras, algunos solo volverán para pasar aquí sus vacaciones. Cada uno de ellos representa la cara más amarga de un país que no brinda oportunidades, que se desprende de su futuro por intentar salir del atolladero del presente más inmediato.
La marca España, cada día más denostada y devaluada, sufre un nuevo envite con los cientos de casos de corrupción que salpican toda la geografía española. Falta mano dura y contundencia de la clase política con este tipo de lacra, mientras tanto la soga sigue ahorcando a los más débiles, los que no buscan acumular 22 millones de euros sin declarar en Suiza, sino seguir trabajando o mantener sus casas. Es la crueldad de esta crisis que estamos sufriendo, las dos caras, los que sufren y los que impunemente han traicionado la confianza de todo un pueblo.
Nuestra clase política, cada vez más cuestionada, no sabe o no quiere dar respuestas a los continuos casos de corrupción, de “representantes públicos” que han utilizado su posición para delinquir y robar. Una epidemia que no entiende de colores, ideologías o territorios.
Las tensiones territoriales incesantes, anticonstitucionales y desleales de los nacionalismos periféricos, debilitan aun más la preocupante situación de España. No se puede afrontar con decisión un futuro incierto si es desde la fragmentación y la división.
Nuestro peso en la Unión Europea ya no es el de aquella cuarta economía continental, o nuestro quinto lugar como el país más poblado de la unión. Antes, España era de los países que tenían dos comisarios, ahora tiene tan solo uno. El Alto Representante era también español, ahora no. Antes el director general de Relaciones Exteriores, el antecesor del servicio de acción exterior, era español, en la actualidad apenas un puñado de embajadas europeas están en manos de españoles. Nuestro país tampoco ha conseguido colocar a uno de los nuestros en el recién creado mecanismo de estabilidad financiera (MEDE)La última pérdida ha sido nuestra representación en el consejo del Banco Central Europeo, hace tan solo unos años se daba por hecho que España era un miembro permanente de este organismo. La pérdida de influencia por parte de España lleva tiempo siendo una constante en los últimos años. Probablemente vuelva a producirse algo similar con la elección del supervisor único que pretende crearse por parte del Banco Central Europeo.
Y es que a perro flaco todo son pulgas, y España en estos momentos está revestida de muchas debilidades y pocas fortalezas.
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