La resistencia de unos y el convencimiento de otros

(Artículo de opinión publicado en Diario de Salamanca el 21/02/2013): http://diariodesalamanca.es/2013/02/21/la-resistencia-de-unos-y-el-convencimiento-de-otros/

¿Cuántas veces hemos oído hablar de que la Universidad debe abrirse a la sociedad, a la realidad que la rodea?, muchas ¿verdad?. Pues pese a ese convencimiento generalizado, todavía nos podemos encontrar con prácticas y comportamientos un tanto fuera de lugar. Personas que en el desarrollo de sus funciones docentes, gestoras e investigadoras, tratan de poner puertas al campo, en definitiva, una mirada de vuelo corto, de horizontes limitados y de un pensamiento de Universidad amurallado y fortificado.

Las universidades son espacios para crear, enseñar, compartir, aprender, opinar, dialogar… flexibles y abiertas a la innovación, a la adaptación, a la cooperación, a la globalización… Una esponja que se nutre de lo que existe a su alrededor y expulsa valor añadido al exterior. Nada que ver con el concepto anacrónico que algunos intentan imponer en su coto de influencia, motivados más por un interés personalista que por una rentabilidad institucional, social y del propio estudiante.

Las sinergias entre sociedad y Universidad son la clave para conectar la formación y el aprendizaje con la realidad que se encontrarán nuestros titulados al abandonar las aulas de nuestras facultades. Tener miedo a que los profesionales de todos los ámbitos impregnen las lecciones magistrales de actualidad y experiencia vital, es tener miedo a la libertad, a la formación integral de los estudiantes.

La Universidad debe ser competitiva, en calidad y en oferta formativa, debe perder el miedo a abrir de par en par las puertas a los profesionales, a los directivos, a los trabajadores… La Universidad debe ser en definitiva el espejo de la sociedad. No podemos seguir permitiendo que por las clases de un estudiante de economía, empresariales, ADE… no pase un empresario, un emprendedor, un jefe de ventas…, que por las clases de un estudiante de derecho no pase un abogado, un fiscal, un procurador de tribunales… Hay muchos que pretenden seguir ahondando en la ruptura que nuestro sistema propicia y que divide la Universidad del mundo laboral.

Hay áreas que continúan siendo herméticas a las relaciones y a los recursos que hay a su alrededor, error que acaban pagando los estudiantes, fruto de la percepción gremial y de rentabilidad personal que algunos tienen de su función. Espero, por el bien de la Universidad, pero sobre todo, por el bien de los estudiantes, que este tipo de pensamiento sea cada vez más minoritario. Porque tendremos instituciones educativas más fuertes y más sanas si son capaces de adelantarse y amoldarse a los acontecimientos, cada vez más cambiantes en el mundo en el que vivimos, si consiguen colaboración y apoyo de entidades, colectivos y organizaciones, si consiguen reportar a la sociedad el bienestar y los avances fruto de la investigación, si consiguen en definitiva, lograr ofrecer a los alumnos una formación diferenciada y útil para la finalidad última, tener el tan anhelado acceso al mercado de trabajo.
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