UN PAÍS DE TOROS Y PANDERETAS

Por enésima vez se ha producido una falta de respeto al Rey y a las instituciones del Estado. Espero que de una vez por todas la justicia de forma ejemplarizante haga caer todo el peso de la ley sobre Catalunya Radio. Las figuras de representación pública que establece nuestra Constitución no pueden ser objeto de mofa, burla o cualquier otro agravio. Pero la jurisprudencia creada por el consentimiento, y el no castigo en actos de mayor gravedad contra la Corona en épocas anteriores, han llevado a ciertos colectivos y medios de comunicación a tomarse a pitorreo la Jefatura del Estado, que no olvidemos es la más alta representación de nuestro país.
La llamada telefónica, realizada por un programa de la citada emisora de radio, con destino Casa Real, tenía la intención de contactar con su majestad el Rey, suplantando la identidad del presidente de la Comunidad Autónoma de Cataluña, el Sr Artur Mas, con la excusa de que el President de la Generalitat quería felicitarle en persona por su cumpleaños.
Además de los delitos cometidos por la emisora de radio, se ha evidenciado la nefasta seguridad de nuestra Casa Real, lo que ha propiciado unos momentos, en los que el Rey elegantemente ha tenido que capotear las intenciones del periodista, que le insistía para que saludara a la audiencia con el nombre del programa.
Pero si nos ponemos más estrictos, lo acontecido en ese programa de radio podría haber puesto en riesgo la propia seguridad de nuestro país, ya que el suplantar la identidad de un representante público puede llevar a tratar temas de Estado con un interlocutor que no es en realidad la persona que decía ser al comienzo de la conversación.
Realmente deben depurarse responsabilidades, y la justicia debería frenar de una vez las continuas faltas de respeto a la Jefatura del Estado, aplicando lo que dice nuestra carta magna, salvaguardando así la imagen de nuestras instituciones. Imprimir artículo

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