INJUSTICIA RESPALDADA

Escribo estas líneas mientras asisto al Consejo de Gobierno de la Universidad de Salamanca. Sesión en la cual se ha cometido, al amparo de la complicidad de la mayoría de miembros, la fraudulenta designación del representante estudiantil en el Consejo Universitario del Estado de manera directa, automática y sin articular dicho nombramiento mediante un proceso electoral, dando así la oportunidad a los representantes estudiantiles de elegir a quién creyeran más conveniente para representarlos en éste órgano nacional recientemente creado con el Estatuto del Estudiante.
Pero lejos de respaldar a dicho representante de manera democrática e institucional, se ha incurrido en un dedazo decorado y adornado. Para aquellas personas que desconozcan los cauces de representación de la Universidad de Salamanca les comento a grandes rasgos su estructura, para que así sean conscientes de la aberración cometida hoy en el órgano de gobierno máximo de nuestra institución.
La ley aprobada por el Consejo de Ministros articula que la designación de los representantes estudiantiles en el Consejo Universitario del Estado debe recaer en el Consejo de estudiantes o en su ausencia en el Consejo de Gobierno de la universidad correspondiente. Nuestra universidad no tiene constituido a tal efecto el Consejo de Estudiantes, y la cabezonería interesada de ciertas personas han llevado a considerar como tal a la Junta de Estudiantes, un órgano ilegal que no está reconocido en los Estatutos de la institución. Al no ser reconocida por los Estatutos no puede tener potestad de ser considerada como un órgano de representación, y por tanto tampoco debe tener la potestad de elección ni representación.
La organización interna de la Junta de Estudiantes es claramente desproporcional, lo que imposibilita un acuerdo. Está constituida por un consejo de asociaciones y un consejo de delegaciones. Cada consejo aporta cuatro representantes a la Junta de Estudiantes. Los cuatro aportados por el consejo de asociaciones son elegidos por cada una de las asociaciones con vocalía en el consejo de asociaciones de forma que cada una libre e individualmente establezca, es decir llegando incluso a ser por sorteo. Además añadir que nada tiene que ver el número de vocalías de cada asociación en el consejo de asociaciones con el número de claustrales que cada una tuviere en el claustro, por tanto están igualadas en representación todas las asociaciones independientemente del peso electoral que obtengan en las elecciones (a partir de 5 claustrales todas tiene un vocal en el consejo de asociaciones). Algo parecido ocurre con los representantes de las delegaciones, que son nombrados por la Junta Directiva de ése consejo, por lo que la votación en bloque es clara, al menos el mecanismo establecido para éste último presupone la disciplina de voto, lo que imposibilita cualquier tipo de debate y decisión, ya que los representantes del consejo de delegaciones parten a priori de un empate, que rompe discrecionalmente según corresponda la presidencia de la Junta de Estudiantes, que vuelvo a recordar adolece de un respaldo democrático. Estamos entonces dejando a la arbitrariedad y a la coyuntura temporal la elección de ése representante de la Universidad de Salamanca en el Consejo Universitario del Estado.
Pero existen peculiaridades todavía más vergonzantes, y es la representación de la Junta de Estudiantes, que es presidida por un turno rotatorio semestral entre el presidente del consejo de asociaciones (también rotatorio semestral entre los vocales de las asociaciones) y el presidente del consejo de delegaciones. Por tanto, ¿Nos merecemos los estudiantes de la Universidad de Salamanca que nos represente una persona en Consejo Universitario del Estado que no hemos tenido la oportunidad de votar o elegir al menos en los órganos de gobierno de la institución académica, donde tenemos representación los estudiantes?, pero es más, ¿Por qué tenemos que asumir que incluso llegue a ser nuestro representante una persona que nunca concurrió a elecciones, y si lo hizo no fue respaldada por la mayoría de los estudiantes de la Universidad de Salamanca?, ¿Cómo puede elegir por tanto un órgano no regulado estatutariamente?
Una conclusión general del Consejo de Gobierno del día de hoy, incluso apoyada por el Rector, es que la Junta de Estudiantes es claramente ilegal, y no contiene mecanismos democráticos de elección, incluso se ha comprometido a crearlos. Por tanto, si estamos de acuerdo en la idea de que la Junta de Estudiantes no tiene cauce legal ¿Por qué se ha acabado por aprobar que sea este órgano el que ostente la representación en el Consejo Universitario del Estado mediante su presidente?, es claramente una contradicción. La solución era clara, y así lo establece la ley, si no existe un Consejo de Estudiantes o similar, con unas garantías mínimas establecidas, será el Consejo de Gobierno el que decida entre los estudiantes que deseen presentarse. Frente a un proceso democrático, donde todos teníamos posibilidad de presentar candidatura, se ha optado finalmente por la imposición y la designación directa de un presidente de Junta de Estudiantes sin respaldo de ningún tipo, por lo que para mi no representa a nadie, ni a mi ni a ninguno de los estudiantes de la Universidad de Salamanca.
Una vez más se ha comprobado, que pese a la convicción de los miembros del Consejo de Gobierno de que estaban decidiendo algo totalmente ilógico, han preferido bailar el agua a la propuesta rectoral, sin sentido alguno y puesta en evidencia por la obviedad, dando muestras una vez más de que es un órgano sumiso, con un debate clientelista y coartado por las buenas formas. Imprimir artículo

1 comentario:

Unknown dijo...

Vamos una cacicada mas, no?