
La mayor lealtad que se puede tener hacia una institución, a la que se ha servido desde la gestión y el gobierno, es que cuando la democracia habla y se expresan los llamados a las urnas eligiendo cambio, los que permanezcen en funciones mantengan la responsabilidad hasta ceder el testigo al que sucede y rival durante la campaña.
Estos supuestos de responsabilidad y respeto a la voluntad popular se vieron quebrantados por las acciones sectarias que practicaron el equipo de gobierno en funciones del Señor José Jesús Gómez Asencio, el hasta entonces Rector Magnífico en Funciones de la Universidad de Salamanca por dimisión de José Ramón Alonso Peña.
Siempre que se esta en funciones se presupone que es un periodo en el cual se debe velar por el correcto funcionamiento de la institución, que suponga una continuidad normalizada entre la transición de un equipo de gobierno saliente y el entrante, es decir, que no se ve afectada la universidad con un cambio de rector, esta es la justificación de la figura "en funciones", vilmente quebrantada en esta ocasión.
Nunca deben prevalecer la irresponsabilidad y la maldad en este periodo de cesión de las responsabilidades de gobierno como la venganza institucional de no aceptar los resultados electorales.
Nadie que se considere amante de la institución podría comprometer la gestión del equipo de gobierno entrante como respuesta al resultado electoral, aprovechando el periodo de "en funciones".
La subida de los precios de los comedores de la Universidad de Salamanca corresponden al uso excesivo del calificativo "en funciones", esta contratación de servicios se produjo unos días antes de la toma de posesión del Rector electo Daniel Hernández Ruipérez. Esto expresa la falta de respeto, que el que lo autorizó y lo firmó, tuvo hacia la institución.
Pero este tipo de actuaciones despreciables, de las cuales los principales sufridores son finalmente los usuarios de este servicio, refuerzan aun más la extraordinaria fortaleza de los VIII siglos de historia que avalan nuestra institución, que siempre ha prevalecido sobre los intereses personales de las acciones tan repugnables como la que nos ocupa.
Durante dos años, los alumnos y clientes en general de este tipo de servicio universitario, tendremos que soportar los altos precios que la permanente venganza en funciones ha ocasionado.
Solo quiero dejar de manifiesto lo que siempre ocurre en todas las facetas de la vida, cuando en cualquier organismo e institución hay cambio en los que ostentan el poder, se vacía la caja y se destruyen los logros a medio hacer o en proceso de culminación, para que el equipo entrante no pueda atribuirse sus méritos, o simplemente tengan que empezar de cero y si se puede se firman contratos que comprometan la gestión futura del equipo electo. Es la típica gamberrada en funciones. Una vez más los penalizados por expresarse libremente es la sociedad, que será la que finalmente sufrirá las repercusiones de las pataletas en funciones.
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