YO TAMBIÉN SOY UN INDIGNADO

Las movilizaciones del 15 de mayo han supuesto para la sociedad española el inicio de una oleada de protestas.  Los partidos políticos han tenido que afrontar con sorpresa un acontecimiento que les ha pillado con el pie cambiado, incluso llevan varios días meditando acerca de qué postura tomar frente a este tipo de manifestaciones multitudinarias, que acontecen a lo largo de toda la geografía española sin descanso, e incluso también en frente de buena parte de las embajadas españolas en Europa, América Latina, América del Norte...
Estoy verdaderamente orgulloso de que mi país salga del letargo al que estaba sometido, de que los ciudadanos reivindiquen su espacio como protagonistas indiscutibles de la democracia. 
Este sentir hecho público por una parte de la ciudadanía, viene a denunciar la falta de escrúpulos de la clase política, una desgastada casta elitista que desatiende los verdaderos problemas que tiene nuestro país. Los ciudadanos no debemos tolerar ni corruptelas, ni privilegios, ni injusticia, ni politización...

Puerta del Sol, manifestaciones tras el 15 de Mayo

Pero este movimiento deberá ser analizado con detalle en su debido momento, es cierto que buena parte de los que se manifiestan lo hacen por motivos de limpieza y pureza democrática, luchan por una democracia real. Pero a ellos se han unido no pocos grupos con intereses superficialmente afines pero profundamente desiguales, como republicanos, anticlericales, ateos, anti-sistema... Que en ningún caso ayudan a que el movimiento y sus reivindicaciones mantengan su independencia, por tanto tampoco favorecen a que la sociedad en su conjunto acabe por unirse en la defensa de ciertos aspectos que defienden, que son de sentido común y pegados a la realidad de una democracia efectiva.
Nadie a día de hoy sabe cómo acabarán las manifestaciones que se vienen produciendo en nuestro país a partir del 15 de Mayo, pero es un sentimiento unánime el de que las cosas no pueden continuar así.
No podemos resignarnos a que la justicia continúe politizada, a que nuestro país continúe acumulando jóvenes en paro, jóvenes sin ningún futuro, pese a ser los que mejor preparados están de la historia de España, generaciones que tendrán que vivir con unas condiciones de vida peores que las que soportaron sus padres.
Tampoco nuestra sociedad debe tolerar y permanecer pasiva ante los privilegios de los que dicen ser nuestros gobernantes, que anteponen el bienestar del conjunto por intentar salvaguardar sus comodidades.
Yo quiero que en mi país los imputados en casos de corrupción no puedan ir en las lista de las formaciones políticas, reivindico la democratización interna de los partidos políticos, que la profesionalización de la política desaparezca, que nuestros representantes sean los mejores, con vocación y no con necesidad.
No podemos defender a los que nos han colocado al borde del colapso económico y social, los que nos han generado 5 millones de desempleados, un 40% de paro juvenil, quienes han destrozado las oportunidades y las esperanzas de muchas familias. Queremos una clase política que genere bienestar para todos, no para ellos, que sean fiel reflejo de la población, que si nos ajustamos el cinturón lo hagan ellos primero, que si recortan los salarios lo hacen dando ejemplo, que si piensan en congelar las pensiones lo hacen siendo ellos los primeros en renunciar a sus pensiones vitalicias.
Un gobernante debe dejar de ser ejemplo de nada para convertirse en el ejemplo de todos, debe de tener como meta una sociedad más justa, más igualitaria, más solidaria, más participativa, más comprometida en la defensa de sus derechos.
Las manifestaciones que se están produciendo por toda la geografía representan el hartazgo de los ciudadanos, la indignación de aquellos que son los que están sufriendo en primer lugar las duras consecuencias de los excesos.
Lo que no puedo llegar a comprender es la actitud de muchos jóvenes afiliados a diferentes formaciones políticas, que pierden su capacidad de análisis y criterio propio a la hora de evaluar lo que nuestro país lleva viviendo desde el mismo día 15 de mayo, cuando comenzaron las protestas. Yo pertenezco a un partido político desde hace años, pero nunca he perdido lo más valioso que tengo, mis principios y mis convicciones personales, que me impiden sectarizar mis ideas y me ayudan a mantener mi propio criterio, sin estar anulado por la ideología que milito.
Lo que representa el movimiento del 15 de Mayo no es de derechas ni de izquierdas, y tampoco es de un partido político contra otro, es simple y llanamente el cansancio manifiesto de los ciudadanos, pese a que existan personas sectarizadas que ven algo más detrás de lo que es la indignación y la desesperanza de los españoles hacia su clase política.
No puede haber ningún joven en este país que se oponga a ciertas reivindicaciones de índole moral y ética, como son algunas de las que los acampados en Madrid proponen. A no ser que sean afiliados políticos que quieran que nada cambie, por si algún día están ellos al frente de responsabilidades públicas de representación ciudadana, y puedan así beneficiarse de ciertas prebendas o privilegios.  
Pero hay una cosa clara, mirar para otro lado no es la solución, los partidos políticos deben escuchar lo que la calle les está diciendo, porque la formación política que trate de eludir lo que en la Puerta del Sol está sucediendo estará cometiendo un error estratégico.
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2 comentarios:

Anónimo dijo...

Aún no compartiendo tu idea política, tienes toda la razón y se agradece tu posición. Por eso no entiendo como puedes pertenecer a un partido que al igual que otros tienen y consienten, corruptos en sus listas.

Viriato dijo...

Bla, bla, bla...
Javier, no te he visto en ninguna manifestación, ni tampoco en la acampada. Al contrario, perteneces a a uno de los dos partidos que representan perfectamente los privilegios de la clase política y el desprecio a los ciudadanos. Lo que dices está muy bien, pero por ahora eres un indignado de boquilla: tus actos consolidan esas injusticias que citas, y NO HACES nada por corregirlas. Creo que eres la perfecta encarnación de esos jóvenes interesados que citas: "afiliados políticos que quieren que nada cambie, por si algún día están ellos al frente de responsabilidades públicas de representación ciudadana, y puedan así beneficiarse de ciertas prebendas o privilegios". Tu incoherencia me INDIGNA.