La legislatura del diálogo

Comienza una legislatura que debe estar marcada obligatoriamente por el diálogo, así lo han determinado las urnas, que han dibujado una mayoría parlamentaria que impone el pacto por encima de todo lo demás.

El ejecutivo nombrado por Rajoy en la tarde de ayer debe tener como principal objetivo los grandes asuntos nacionales, como la reforma constitucional, el pacto por la educación, el modelo de Estado, el desempleo, la estabilidad presupuestaria y la financiación autonómica, entre otros. Una legislatura volcada en poner los cimientos del mañana, cerrando, al menos en el medio-largo plazo, los principales problemas de los últimos tiempos. 

Se pide a los nuevos ministros cintura política y capacidad para negociar e incorporar a otras fuerzas políticas a las reformas que España necesita. Debe ser por tanto un ejecutivo abierto y permeable al debate parlamentario, a ceder para enriquecer y a convencer para no imponer. Todo lo que se salga de esta línea maestra será un fracaso, y nos llevará a una legislatura breve y estéril.

Este tiempo estará marcado, ya lo hemos podido comprobar, por un mayor protagonismo del parlamento, algo muy positivo, sin duda. Ello ayudará a los ciudadanos a un mejor conocimiento del funcionamiento de la cámara, así como de las propuesta planteadas por los diferentes partidos. Esto nos lleva a un impulso del parlamentarismo, epicentro de la actividad política del país.

No debemos olvidarnos de dos actores importantes, el Partido Socialista Obrero Español y las fuerzas autodenominadas "del cambio", que tienen un camino importante por delante. En el caso del PSOE, su recomposición, para Ciudadanos y Podemos situarse en un escenario no electoral. Ambas son tareas arduas y necesarias si quieren continuar ocupando un espacio determinante en la vida política española. Tan complicado es coser las heridas y buscar un nuevo liderazgo en el caso del PSOE como salir del discurso electoral y hacer vida parlamentaria, algo esto último esencial para la consolidación de Podemos y Ciudadanos. 

El nuevo ejecutivo no introduce grandes novedades, era previsible, del estilo de Rajoy, se refuerza la continuidad en el núcleo económico del gobierno, el equilibrio de fuerzas dentro del propio Partido Popular, junto a caras nuevas alejadas de polémicas y perfiles cercanos a la gestión: dos alcaldes, un embajador, una presidenta de CCAA, un jefe de la oficina económica de Moncloa... Nadie duda del recorrido político de las nuevas incorporaciones, estará por ver la capacidad de cada uno de los integrantes para amoldarse a una legislatura sin mayoría absoluta.

Estamos por tanto ante un reto, un gobierno que debe leer las exigencias de un tiempo nuevo e impulsar reformas que marquen el rumbo.

Señores ministros, sólo les queda estar a la altura de una etapa para la que no existen precedentes. Ustedes marcarán el estilo. 
Imprimir artículo

No hay comentarios: